Se enumeran las tragedias y eventos dichosos que envuelven a la comunidad durante los años felices. Termina.
2001. Desaparece el mar.
Hacia el año 2011 o 2012, comencé a anotar el presente, sin mayor propósito, sin ninguna rigurosidad o frecuencia preestablecida. He decidido, ahora, exponer esos apuntes que brotan cuando se “deja de escribir”, la escritura que media la distancia entre un libro y otro, bajo la condición de continuar con esta práctica y publicar esas notas durante un tiempo indefinido.
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Pensé lo infinitamente sorprendido y entusiasmado que me habría sentido yo si hubiese recibido ese regalo a los cuatro años y tuve una ligera envidia. También quise un tren por esos años y sus rieles. Al despertar, hubo tren para el sobrino también.
Es gracioso el sobrino: un poco pesado como yo y un poco miedoso y tímido como era mi hermano. Se parece más a la hermana, por supuesto.
He visto que le regalaron un auto a radiocontrol al sobrino y se puso muy nervioso y contento. Repetía que era suyo y suyo y suyo, en esa etapa del ejercicio de la propiedad privada que va de los tres hasta los seis años y que nos forma para el resto de la vida a los hombres.