Hacia el año 2011 o 2012, comencé a anotar el presente, sin mayor propósito, sin ninguna rigurosidad o frecuencia preestablecida. He decidido, ahora, exponer esos apuntes que brotan cuando se “deja de escribir”, la escritura que media la distancia entre un libro y otro, bajo la condición de continuar con esta práctica y publicar esas notas durante un tiempo indefinido.

Mostrando entradas de febrero, 2014

153

Recuerdo al padre afeitándose en el patio, con un pequeño espejo en una mano y la cuchilla en la otra, cuidadosamente deslizándola por el cuello, debajo de la nariz y esos pequeños pliegues que -ahora sé- suponen una dificultad más grande. Luego con la manguera azul lavarse la cabeza, la cara. Quise a mi papá ese día.

152

Es un día cualquiera, estamos en un restorán, luego de una tarde amable de verano, C., me dice: “Es como si hubiera nacido en el lugar donde estamos sentados”.

151

Escribir la segunda parte de Compost, otras escenas de la amistad y el aislamiento, el aspecto negativo y luminoso de ser amigos, con C., por ejemplo. También el simulacro de la amistad en el alcohol.

150

Esta historia la están contando otros –o ya la contaron- en las paredes de esta ciudad destruida.

149

Frente a la concatenación de microacciones que dispersan la dirección única, el sentido, el ataque vertical escabulle la cronología por la búsqueda del centelleo de las semejanzas que actualizan imágenes arquetípicas. El origen aparece y colma el gesto del cuerpo del bailarín.

148

Visión periférica. En un mundo donde la colaboración se hace de la suma de proyectos personales, el decir del artista, del intelectual, está circunscrito entre dos enunciados límite: el silenciamiento del sujeto crítico y la carencia de financiamiento.
Por supuesto reduzco las cosas: el poeta es mezquino y se queja. Pero se ha construido toda una literatura desde la queja, las carencias económicas y de espíritu, problemas que solo se solucionan hablando, compartiendo conocimientos, enseñando y aprendiendo, en suma, colaborando. También, encontrando momentos de soledad. La lucha –la queja- es contra el aislamiento.

147

El ataque vertical, poético, de Deren frente a las “microacciones” de R. Ruiz, ambos resultan de pequeños estallidos en la ilusión del sentido único, del origen.

146

El “grado cero” del realismo: el ser humano frente a la cámara.

145

Ismael Xavier sobre Maya Deren: “…a su ataque lo denomino ataque vertical. Ese ataque es más fácil de entender si lo contrastamos con el ‘ataque horizontal’ característico del drama, que está dirigido al desarrollo, en una situación sencilla, que va de un sentimiento al siguiente”.

144

¿Existe alguna relación plausible entre el sincronismo que supone el “grado cero” del realismo y las estructuras de semejanza en las imágenes arquetípicas de Maya Deren?
¿Podría decirse que el cine poético de Deren se nutre de la preconcepción de un realismo sincrónico del “grado cero”?

142

Existen frases densas, densas y profundas, dolorosas: “No tener la foto de la familia es como no formar parte de la historia de la humanidad”; otras frases pesadas, de bronce esculpidas en los mausoleos de la memoria: “Un país que no tiene cine documental es como una familia sin álbum de fotografías”. Denso y pesado parece ser el estatuto de las imágenes que median entre nosotros y eso que llamamos historia.

141

De pronto me descubro siendo despiadado. Solo quiere un poco de atención, un beso, que le abrace o le escuche, yo lo sé perfectamente, aun así, elijo quedarme sentado practicando el sport de los vocablos. Hay una secreta fascinación en ese juego por el cual me construyo como un intelectual flácido e impotente y, al otro, como objeto de la necesidad de afecto.
Ahora juego a lo mismo mientras escribo, esta vez en serio, solx.

140

La desaparición.
El narrador cuenta un pasado que ya sabemos no existe más, se sitúa luego de la catástrofe.
El relato es de juegos entre niños, una literatura infantil.
Todo encabezado por un informe sobre el desastre.

139

Pensando en vestir un alzacuellos para presumir de interioridad.

138

Quizás esta (la escritura del diario) pueda parecer otra muestra innecesaria de intimidad, puro exhibicionismo, pero no es lo íntimo aquello que me interesa, es lo interior.

136

“Hay manera de morir que no mata lo bastante”.

135

Dos sentimientos que me interesan: humillación y despojo.
La humillación como modalidad de experiencia fundamental del mundo. El despojo como rotura y alternatividad.

134

“Por su emoción nutrida, compacta, este es el libro más extenso de los que llevo escritos. Entre línea y línea he puesto quince minutos de meditación”. Alberto Hidalgo. Descripción del cielo.

133

Una narrativa despojada de toda descripción, pura acción, acción pura de un personaje enfrentado a la experiencia de la humillación.

132

“Dirigirse hacia un cine social, significa, pues, proveer al cine de un tema que suscite interés, de un tema que coma carne”. A propósito de Niza. Jean Vigo.

131

Soñé que la madre me servía de comer un trozo de carne grueso y grasoso, humeante. Esto representa para mí la repulsión más grande.
Horror. Dejar de comer animales para encontrarme con este rencor, esta repulsión profunda.

130

Un solitario como yo -diría Hawthorne- o un prisionero que mida el tiempo -tu ausencia- por el progreso de la luz en su celda.

129

1. Elegir un texto.
3. Anotar, no corregir, sobreescribir.
4. Reformular por acumulación. Práctica de la escritura.

128

Un libro no comienza, no termina, a lo sumo finge comenzar y terminar.

127

Las escucho hablar de sus hijos futuros, de la adopción y la militancia. Hemos comido juntos esta tarde. Ahora P., está recostada sobre tus piernas y tú acaricias su cabeza mientras se entrega a un sueño amable.

126

C., me envía un poema bellísimo sobre una manguera azul tirada en el pasillo del patio de su casa. De pronto esa manguera se convierte en una serpiente azul, una serpiente en la que se cree con la fe de una sacerdotisa

"que besa a la cobra en la frente
para que llueva, para que dios bendiga nuestra casa".

124

Y vienen, amor, a buscar la arena de tus manos para hacer relojes.

La huelga devuelve al trabajador la condición de ciudadano.

123

"...palabras-claves de las cuales sentimos que no han entrado aún en el lenguaje convencional, sino que, por el contrario, ejercen sobre el propio poeta una fascinación sin cansancio".

¿Qué palabras ejercen esa fascinación para mí?

122

Holderlin.
"Sal, hombre, ve al vasto mundo, si tu corazón está carcomido por el tormento. Nada es tan sombrío en la noche que la mañana no lo pueda remediar".

121

Siento que te rompí el corazón, fácil, con un par de palabras y listo. No sé si es la facilidad o el hecho de haberte decepcionado lo que me rompe el corazón a mí.

120

Y en el principio fue la onomatopeya.

119

La imagen que falta, el espacio vacío.
No significa que lo que no está pueda aparecer por una relación negativa con lo que está, no es que lo que aparece haga aparecer lo que falta por metonimia. Más bien, habría algo así como una construcción paradójica sostenida por la que lo que falta va apareciendo: su único modo de aparecer es el vacío, la ausencia; cuestión que dice del problema de la imagen que toda representación de este tipo es aporética, una pura ausencia de caminos.
La imagen ausente es la imagen del origen, la imagen originaria y originante, la imagen del Big Bang.

118

En su volverse a sí, al personaje le es vedado recordar o ficcionar, “escribir para construir este recuerdo”, solo puede conjeturar, exponiendo, a cada momento, el carácter especulativo de lo que se quiere como recuerdo.
O, quizás, el personaje no recuerda pues tal cosa no existe, sino una pura disposición de hechos o acciones sucesivas y simultáneas.
¿Cómo hacer de lo sucesivo simultáneo?
¿Cómo hacer de lo escrito imagen?

117

Devenir otro como un proceso que nunca se cumple o, en otras palabras, que se cumple en su propia fugacidad pues la plenitud de la identificación no es de su incumbencia, sino la transformación constante.

116

La Galería Litoral, como muchos otros lugares, reproduce una fotografía del puerto de Antofagasta poco antes de la usurpación. Los chilenos pasan murmurando pequeñas guerras silenciosas.

115

Un café frente a la Galería Litoral. Un grupo de muchachas argentinas reflexiona sobre por qué la comida italiana es para ellas simplemente comida. Otro grupo se va porque no venden medialunas, mientras dos porteños me preguntan sobre el resultado de River-Boca. La vida transcurre lenta pero estruendosa en La Paz.