Hablamos de la muerte a estas alturas
De la noche la noche dinámica
Que descansa su peso en cada rama
Gira en el cielo entre todas las cosas:
En obstinados ojos en el cielo
Ondulado en los dolorosos ojos.
Hijo oscuro es esta noche arrojada
En brazos de todas las cosas.
A estas alturas de la noche hablamos
De la muerte –
Tierra negra donde crece
Hecha de sombras
La flor del crisantemo.
El viento azota las ramas del árbol.
Destellos se desprenden de las hojas
Como lúcidas gotas de luz sus-
Pendidas en el aire. Al atardecer
El movimiento -toda esa violencia
Del viento- se resuelve en sombra.
Cuando llega la noche, en oscuridad.
Claro, esto sucede para quien está
Dentro, refugiado del viento. Para quien
Está fuera solo la violencia sucede.
De las trizaduras en la oscura
Noche
Del tiempo
Aparecen sombras
Destellos:
La vida se desprende de la nada.
una idea una sensación aparece /
un cuerpo tendido en luz y sombra
pero tambalea entre dos imágenes:
la de un cuerpo enorme
irremontable
la de un cuerpo pequeño
tibio y frío
hoy que el sol despunta sobre un campamento
improvisado en la línea de la frontera /
Cordillera Cuerpo Tendido
Caminando -no todas, sí muchas cosas valiosas se ofrecen caminando- encuentro una imagen: una mujer escribe, semiacostada en medio de la calle, a la sombra del edificio del Archivo Nacional. Entre la luz y la sombra -en el inventario ilegible, perdido una vez escrito- registra el paso del tiempo.
Una ventana al mundo
Como en una película silente el viento mueve las hojas del árbol / indiferente de la acción, el decorado o la vida escenificada: el cine está en el movimiento de las hojas.
Otros días la luz del sol proyecta las hojas del árbol en la pared de la cabecera de la cama y su reverso de sombras se mueve sobre los cuerpos dormidos.
En esa frase manoseada / disputada (el cine está en el movimiento de las hojas) aparece (para mí / hoy / todavía) aquello difícilmente apropiable en los libros: la ausencia de deliberación.
*
De manera similar
me parece
Marguerite Duras
hablaba de Barbara
Loden en Wanda
a propósito
de su autenticidad
a la hora de actuar.
Una gaviota sobrevuela
La superficie del mar
De Antofagasta
Se eleva su sombra con
La sombra de la ola
Que de lejos parece
Un reflejo más del cielo
Espuma de la playa
Las nubes blancas
Sombra de nieve
(Sobre el campo-
Santo sobre el macro-
Campamento).
De esta papa de este bulbo
Espero un campo de rosales un
Cementerio erguido
La calavera de tu madre
Y la mía juntas para
Pasar la tarde
A la sombra de la flor
Enamoradxs
De la pobreza de lxs otrxs
De esta papa
De este bulbo espero
Un bosque armado.
Leo bajo el sol y conmigo lee la perra los mensajes de la hierba, la lengua de los chincoles y las raras, no poco frecuentes en el litoral, el ruido de sirenas y bocinas lejanas transportado por el viento. Todo se confunde entre briznas polen y semillas que abren surcos en la materia del aire. De la boca de la a, de la abierta boca de la u que aúlla al cielo, escucho el sonido de las hojas, el sol entre las hojas, su sombra sobre la hierba.
Me enamoré de la luz tenue de una sombra
Aquella que proyecta el reflejo del sol por la mañana
En las ventanas de los edificios de negocios
Sobre esta pared interior.
Sentado, veo por el rabillo de un ojo pasar la luz sobre cada cosa mientras trabajo. Por el rabillo del otro / veo el movimiento de las sombras sobre cada cosa,
sentado: tradicionalmente, las habitaciones son la representación de un viaje.
Un helecho dormido
sueña la perra bajo
la sombra del helecho
corre sobre el campo
abierto de su lomo
como corre el animal
pequeño de la brisa
sobre ese otro animal
pequeño que es mi mano.
No se ha hecho necesario relatar, acompañar este tiempo con palabras. Cuando las cosas caen en sí mismas y ondea la sombra del helecho por la tarde. Podría contar cada segundo, cada hecho acaecido durante este tiempo (el tiempo en el que se escribe sobre otras superficies con otras herramientas), pero lo importante es que tal relato duraría el tiempo de la rama del helecho: semejante a la visión vertical del agua, que vuelve a tomar los surcos de los ríos secos tras las grandes lluvias.
Sorprendidos por la sombra de la araña de rincón, tras no poder sacarla de la casa sin dañarla, escribimos juntxs el siguiente poema:
araña
dos versos de
cuatro patas.
Decir:
crezco alrededor de la piedrecilla
incrustada
suave tejido de la piedra lisa
y oscura.
Decir:
es una piedra doble
hermosa perla negra
rugoso endurecimiento opaco.
Decir:
crezco de una piedrecilla
de limón
de durazno una piedrecilla
de mango el hueso
duro que contiene
todo lo blanco.
Decir:
soy esta piedra cálida
la sombra de un fuego.
Decir:
incandescente
piedra de pira
compañera de quien amo.
Durante la madrugada del lunes 19 de abril de 2021, el helicóptero Ingenuity Mars se convirtió en la primera aeronave con motor en realizar un vuelo controlado en la superficie de otro planeta. Un pedazo de tela del Wright Flyer, primer avión en emprender vuelo sobre la superficie terrestre en diciembre de 1903, está integrado en su estructura.
Subió a una altitud de tres metros y mantuvo un vuelo de 39 segundos. La primera imagen del Ingenuity recibida en la NASA fue una imagen fija en blanco y negro que apuntaba hacia abajo de manera vertical; en esta es posible ver la propia sombra del helicóptero reflejada en el suelo de Marte.
Con el paso del día
la alta sombra del tamarugo
desciende al suelo del desierto.
13.11.20 / 07.45
Una caja de cartón abierta
Crucificada
A la sombra
Del cerro.
El viejo perro negro
en el hueco de su cuerpo
hundido bajo el sol
le hago sombra
pero no se molesta
conmigo siempre manso
como con todo
quien le fuera conocido
acaricio su lomo negro
y no se molesta
resopla la hierba el verde
pelaje de la Tierra
ese otro animal conocido
a contrapelo el pelo grueso
y duro de las canas
en el verde lomo
en el pelaje negro.
En el momento de abrir los grandes ojos al alba -en el sueño-, lo vi venir, surcar el horizonte, cruzar el umbral hacia el patio: un perro nuevo.
Lo vi perseguir saltamontes, escarbar la tierra, remover piedras con el hocico en busca de gusanos. La tierra era húmeda bajo las piedras y húmeda en su superficie. Nos entendíamos, yo era más bien una proyección de su deseo, sombra de perro y él, perro en camino de ser humano. Estaba yo prendido de su sombra amplia.
Continuó comiendo insectos o creciendo simplemente en su ejercicio de verdugo. Era una muerte ingenua para él, feliz para mí también, pero las vísceras, el centro tibio de los insectos no dejaba de conocer el aire tras crujir el exoesqueleto, romperse las patas o quedarse las antenas entre sus colmillos.
En un momento cosechó una cucaracha del tamaño de su pata entre las flores del jardín. Descubrió conmigo al empujar una piedra lisa, un túnel oscurísimo frente al que se detuvo. Un túnel que la luz como un líquido viscoso tardaba en llenar. Vimos la boca de ese túnel oscuro moverse como un animal fantástico, sin piernas o cabeza, sin cola ni lomo, sin deseos, una expansión pura de sí mismo. Atacarlo suponía desestabilizar el suelo que nos había mantenido por tanto tiempo en pie.
Al despertar, sentado sobre la cama, veo en la pared las líneas de pintura craquelada, sus formas y patrones:
rayo – tormenta
raíz – micorriza
ola - mar.
El sol, que choca con el muro exterior sobre el marco de la ventana, proyecta luz y sombra en la pared.
Forma y patrón, luz y sombra son la materia del mundo aquí dentro.