Sucede con cierta regularidad que la corteza oceánica se introduce bajo la corteza continental. Estos grandes movimientos liberan magmas y fluidos hidrotermales que ascienden por fisuras y grietas; minerales líquidos incandescentes que -en su camino de subida a la superficie de la tierra- se enfrían y cristalizan. A esas formaciones verticales se les llama filones, vetas y vetillas.
Como un modo de dar cuenta de tales vetas de escritura acumulada, hice un análisis de repeticiones de palabras por cada año del diario y clasifiqué luego cada una de sus entradas con las palabras resultantes: vetas que señalan otros depósitos minerales, otras estructuras verticales que atraviesan la horizontalidad del tiempo de la escritura del diario.

VETA ☷ río

Tesoro

Por ríos de aroma
Se pierden
En busca
De un tesoro modesto

Descansan después
Bajo el sol

Con la barbilla
Y el corazón latiendo
Sobre el pasto

Uno pensaría
Que a diferencia
De los humanos
Los perros
No tienen el problema

De encontrarse
A sí mismos.
De alguna manera se muere
Cuando dejamos de escribir
Así como se dice que se muere
Cuando ocurren grandes cambios
De vida: un duelo una separación
Un desgarramiento la pérdida
De la identidad (nacional / subjetiva p. ej.)
Pero también se nace muchas veces

Dejar de escribir por otras
Formas más cercanas a la imagen
Pues el deseo ha sido siempre
Por una expresión que se resista
Al sentido aunque mucho digan
Aunque mucho corran de allá para acá
Aunque su galope sea incesante
No hay sentido en las imágenes
Sino miradas -y en el peor
De los casos
Obligación
De mirar-

Como la acumulación de agua
Se resuelve en río o laguna
Charco o estanque
La decisión de dejar de escribir
Se resuelve en escritura.
La recurrencia de imágenes acuáticas (la orilla de los grandes ríos, las lluvias que erosionan el suelo y los edificios, el aluvión que arrasa todo; el sonido del agua penetrando la tierra; diques, baldes, cuencos, el vaso con agua atravesado por el sol; la lectura por inundación o drenaje) indica un reverso: algo está contenido / algo quiere salir o se expande.
Duermo bajo el árbol de flor rosa
Tras los arbustos vacío la tripa
Sueño con flores y zurullos sueño
Ríos de amarillo orín que desafían
La flor de hoja metálica prendida
Al tronco sangrado soy quien
Duerme bajo el árbol de flor rosa.
No se ha hecho necesario relatar, acompañar este tiempo con palabras. Cuando las cosas caen en sí mismas y ondea la sombra del helecho por la tarde. Podría contar cada segundo, cada hecho acaecido durante este tiempo (el tiempo en el que se escribe sobre otras superficies con otras herramientas), pero lo importante es que tal relato duraría el tiempo de la rama del helecho: semejante a la visión vertical del agua, que vuelve a tomar los surcos de los ríos secos tras las grandes lluvias.
1919. Huidobro escribió en Altazor, publicado en 1931:
“Tomo mi paracaídas, y del borde de mi estrella en marcha, me lanzo a la atmósfera del último suspiro. (…)
Ah, qué hermoso… qué hermoso.
Veo las montañas, los ríos, las selvas, el mar, los barcos, las flores y los caracoles.
Veo la noche y el día y el eje en que se juntan”.

994

Desde el gobierno califican de “utensilios” a las armas (revólveres automáticos, entre ellas, subametralladoras, una UZI), cascos, escudos y chalecos tácticos con el signo de Patria y Libertad que encontraron en el allanamiento de las viviendas del grupo fascista que amenazó de muerte a la fiscal Chong.
Siempre me ha llamado la atención esta confianza que la política en general (y la derecha chilena en particular) deposita en el lenguaje. Así como se dijo que el adolescente “cayó” al río, por ejemplo, no demasiadas medidas prácticas o efectivas se tomaron en el momento en que se cambió el nombre al sistema de transportes Transantiago por RED, conservando su estructura y funcionamiento.
Es una confianza adánica, casi ingenua, que haciendo uso de su palabra [de su voz de mando] quiere volver a crear el mundo.

991

Tenía 22 años, quien lanzó del puente al río al que cuenta apenas 16; 24 quien asesinaron hoy en Padre Las Casas. José Ricardo Ahumada tenía 22, cuando cayó, atravesado por una bala, en abril de 1973; 24, José Domingo Gómez Rojas, cuando murió apresado en la Casa de Orates de Santiago, hace 100 años.

987

En “Nos han dado la tierra” de Juan Rulfo leo:
“Somos cuatro. Hace rato como a eso de las once
éramos veintitantos; pero puñito a puñito se han ido
desperdigando hasta quedar nada más este nudo
que somos nosotros”. Hace rato había estado viendo
en Google Maps el lugar que ocupo en el mundo
(un punto aproximado en ese mapa es mi lugar en el mundo),
rodeado por líneas punteadas que representan calles,
puentes, autopistas, límites comunales, regionales,
largos ríos quebradizos y fronteras. Así como algún
punto del mapa señala el lugar aproximado de mi cuerpo,
otros indican esos puñitos, puñados, nudos de mujeres,
hombres jóvenes y viejos, en los puntos de ilegalidad
que dibujan las líneas de las naciones.

978

El río toma
A quien cae
En sus brazos
Le lleva consigo
Le mece le ayuda
A conciliar el sueño.

977

El mundo continúa. Son pequeños signos. Es la noche del sábado. Algunas personas vuelven a sus casas. El ruido de sirenas a lo lejos se aproxima, mientras los pesados pasos se detienen frente a un umbral. Voltean la cabeza. Una patrulla o un carro de bomberos deja una estela de sonido y luz. Todo continúa. Pero el camino es pesado. Las lágrimas son inevitables. Tiraron un niño desde el puente al río.

911

Decir: estiro el brazo.

Y con él se mueva el viento se muevan
Las ramas de los árboles avance
El río llegue / al mar

Que sea viento el brazo
Sombra de la ola.

891

¿Quién duerme sobre el colchón del agua / fresca
Cubierto por la manta del verano sobre el río?

882

Decía la verdad
La verdad hermano
Ladraba yo
Estaba
Diciendo la verdad
Al río. La luna
De noche. Perro
Decía la verdad
La verdad ladraba
Al río. A la luna
De noche.

843

En la ribera, los arbustos se levantan, levantan sus sombras negras y parten. Son los hombres que viven alrededor del Gran Sauce, a la orilla del río, defecan entre los arbustos, esconden en los arbustos el preciado oro de sus cosas o se levantan con negras bolsas en primavera, parten a lavar sus vestidos en las fuentes cercanas, cuando el sol es amable.

831

Las sombras de los edificios franjean el río. Camino por el puente de Recoleta. Solo hay hondo y ancho y alto.

813

Un río seco es una gran zanja.

806

Hoy el cuerpo es un ruido un ruido sin cuerpo sin fuente un río sin cauce sobre el río es un ruido otro río sin cuerpo sobre las aguas del río un río sin cuerpo un ruido de agua sin fuente o vertiente un río río abajo sobre las aguas del río.

805

Hoy el cuerpo es un ruido
un ruido sin cuerpo
sin fuente un río
sin cauce sobre el río.

Hoy el cuerpo es un ruido
otro río sin cuerpo
sobre las aguas del río.

Hoy el cuerpo es un río
sin cuerpo un ruido
de agua sin fuente
o vertiente un río
cayendo río abajo
sobre las aguas del río.

804

Hoy el cuerpo es un ruido
un ruido sin cuerpo
sin fuente un río
sin cauce sobre
las aguas del río.