Sucede con cierta regularidad que la corteza oceánica se introduce bajo la corteza continental. Estos grandes movimientos liberan magmas y fluidos hidrotermales que ascienden por fisuras y grietas; minerales líquidos incandescentes que -en su camino de subida a la superficie de la tierra- se enfrían y cristalizan. A esas formaciones verticales se les llama filones, vetas y vetillas.
Como un modo de dar cuenta de tales vetas de escritura acumulada, hice un análisis de repeticiones de palabras por cada año del diario y clasifiqué luego cada una de sus entradas con las palabras resultantes: vetas que señalan otros depósitos minerales, otras estructuras verticales que atraviesan la horizontalidad del tiempo de la escritura del diario.

VETA ☷ decir

851

Es fácil ponerse sentimental, épico, simular el ceño intelectual que proyecta sus deseos en la movilización y su fuerza, referirlas al pasado o a un hipotético futuro en el que el poder es incontrarrestable. Simular / el rictus del periodista integrado que ve en el uso de la tecnología un arma contra la violencia y ratifica, de paso, la retórica cursi de los valores de la familia y la solidaridad. Ante las palabras –hoy agujereadas– solo queda poner el poco de cuerpo que resta.
P., me dijo: hoy yo me siento una delincuente más.

848

Y está el poema que no escribo. Porque los poemas a veces se parecen a los sueños y los sueños, me han dicho, son deseos cumplidos.
Retardo la escritura del poema. Me quedo despierto a medias, para dejar la vida abierta, una ventana abierta, un ojo / permanentemente abierto. Para que todo pase. Para que nada pase / inadvertido.

839

La película de Jonas Mekas fue estrenada en noviembre del año 2000. Utilizó en ella décadas de filmaciones de videos familiares y registros de audio, que van más o menos desde fines de la década del sesenta hasta los últimos minutos del año 1999. Dice que no pudo simplemente dejar de filmar. Que no es un cineasta sino alguien que filma, no un filmmaker, sino un filmer. Su trabajo no es tanto el producto de una deliberación como de una actitud de disponibilidad frente a las imágenes, frente a la memoria. En alguno de los momentos de esta larga película de casi cinco horas, les pregunta a sus hijos ya crecidos, en los últimos diecisiete minutos del milenio, si las imágenes que ha registrado de sus respectivas infancias coinciden con la vida que recuerdan. Son ellos, sin embargo, afirma, son ellos vistos por él, pero también es el recuerdo de su propia infancia el que ha filmado en las experiencias de esos niños que descubren el mundo.

820

He tenido los más maravillosos sueños. En los que he sido feliz y permanezco en silencio, rodeado de personas que me quieren y a las que quiero, con las que me siento cómodo a mediodía, a medianoche, entre una y otra estación.
En mis sueños el mundo gira a mi alrededor, pero soy respetuoso y giro alrededor de los demás cuando bailamos. Toco la piel de quienes amo y quienes me aman tocan mi piel, en habitaciones tenues, matizadas entre la infancia y la adultez, donde todo es intermedio y la piel es mate como la piel de las plantas a la noche. Hablamos de programas de televisión que no he visto, pero reímos porque nos entendemos.
V., me dijo hace unos días –muchos años atrás, en la cocina, junto a la mamá, preparando dulces para la fiesta de mi cumpleaños– que los sueños son deseos cumplidos. De día soñamos juntos el sueño de la masa, de noche, yo vivo una vida paralela en sueños.

819

Me dice que a veces le embarga la sensación de que la vida es difícil o, más bien, que ha resultado difícil. No por las dificultades materiales y políticas que supone vivir en un país injusto, sino porque los amigos están perdiendo la cabeza y las amigas ya la han perdido hace tiempo y que eso le produce una cierta angustia.
Entonces me escribe esperando que le escriba de vuelta. Pero yo no escribo. Dibujo y repito en cambio estas letras sobre un cuaderno de croquis para que aparezca tras sus formas la forma suave del mar.
Yo no respondo. Elijo por sobre la comunicación este ejercicio arraigado en la esperanza de que el color del mar coincida con el color de la escritura o que, al menos, la acumulación de estos fragmentos se parezca en algo a la tierra acumulada, a la historia del suelo y de la gente que habitó este territorio, convertida en astillas de huesos, trozos de loza y vidrio erosionados, indicios de una forma de vida en la que pudieron quererse, se dañaron y se amaron; formaron hogares en los que bebieron y comieron; construyeron edificios en los que trabajaron; cayeron sobre el suelo. Y el movimiento de la tierra, luego, y del viento, el movimiento del mar y del cielo erosionó sus huesos y utensilios y la tierra se les vino encima y deshizo su piel y su pelo, sus uñas y sus nervios y absorbió sus fluidos y ascendió como un brazo por entre las capas del suelo hasta romper el mantillo o, por alguna grieta del asfalto, extenderse al cielo.

Yo no respondo. Porque supongo en su mensaje una especie de obligación a la que me rebelo. Y porque a veces es más fácil pensar en los muertos que enfrentar a los vivos.

817

El calor se arrastra por el suelo de la peluquería y nos muerde los tobillos, afuera el frío cristaliza el aire. Me dice de pronto que si se le enfrían los pies de inmediato enferma. Deriva, tuerce su relato, pero vuelve siempre al tronco en el que descansa. Hoy me contó sobre su miedo y su fortaleza. Al salir yo, nos abrazamos. Supongo que durante los segundos que quedó la puerta abierta, dos animales opuestos –dos animales incompatibles– se enfrentaron bajo el umbral.

810

Después del llanto, un deseo; que nos encontremos alguna vez, en alguna casa que pueda llamar mía y estemos juntos, sin obligaciones. Que pueda yo quitarte el maquillaje de la cara tan marcado, para que aprendamos juntos a maquillarnos y, con eso, todo lo demás, de nuevo.

792

Recuerdo un fragmento de un diálogo en un sueño. Dije: Es un libro de citas, pero no son citas que primero leí en algún libro y que luego transcribí en un cuaderno, son citas que escribí de manera nueva, citas que soñé.

779

Las manchas de orina en las paredes descienden como un gran chorro y se expanden para luego ramificarse en líquidas raicillas, avanzar por entre las ranuras de los adoquines y llegar hasta el asfalto / la huella / la calle: metáfora del mar (que sobre todo después se cierra).

758

“La tela de la araña está formada a la manera de la mosca, porque la araña misma es como la mosca. Ser como la mosca significa que la estructura del cuerpo de la araña ha adoptado ciertas características de la mosca, no de alguna mosca específica, sino del arquetipo de la mosca. Para decirlo de manera más precisa, el ser-como-la-mosca de la araña tiene lugar cuando su estructura corporal ha adoptado ciertos motivos de la melodía de la mosca”.

737

“El huésped alimenta al parásito y hace su vida posible, pero, al mismo tiempo, el parásito mata al huésped, así como se dice a menudo que la crítica mata a la literatura”.

716

“Because it’s spirits, we ain’t really rappin’. We just letting our dead homies tell stories for us”.
¿De qué se trata todo esto? De escuchar lo que el mundo dice. Escuchar lo que el pasado nos está diciendo. De recopilar y montar.

712

Yo dormía y me mirabas dormir. Nada más puedo decir al respecto. El resto son mis deseos. Tras mis deseos está la nada.

707

Luego de encontrarnos una vez al mes en la peluquería, hablar del frío y de la lluvia que nunca llega, con la tibia mordida del calor en los tobillos que se arrastra fuera de la estufa, hoy podemos decir que ha dejado de hacer frío.
Es un día azul de primavera.
Hablamos después sobre la avaricia y el dinero. Dice en algún momento de esa conversación que me preocupo de mantener con leves movimientos de cabeza y afirmaciones, que el problema de las personas es creer que han nacido solo para una cosa: subir en la escala social / conseguir más posesiones materiales / llegar más lejos que sus padres: la vida como vía aditiva.
Hoy –es la mañana del martes–, cuando creo que debo ensimismarme en la escritura del otro libro, entiendo que no nací para una u otra cosa. Hay tiempo para todo.

678

Qué significa dejar atrás la historia, la vida comunes, la formación, una cierta manera de ser (y de decir) entre los otros, la propia vida, dejar atrás el sentido. Abandonar el futuro por la deriva de un pasado que no deja de pasar.

671

Motivos de dolor:
-que el otro no pueda vivir el paraíso que deseo para él
-el crimen por inconsciencia / el crimen de arrogancia: dañar sin querer (a quien lo quiere a unx)
-que no encuentres refugio
-mantenerme callado cuando es necesario decir cualquier cosa: está bien / el sol cae / el día comienza / se abre el poema
-no tener nada que escribir.

670

Welden dijo: nunca se deja de escribir.
Esas palabras me consuelan a veces o me perturban, según despierte, más o menos apegado al sueño, en una u otra superficie, parecida a una cama.
“Nunca se deja de escribir”, formulación semejante a “siempre podré escribir” (más allá de las contingencias de la vida y la mala fortuna), pero muy distinta a “no se puede dejar de escribir”.
La literatura está de mi lado y la literatura está en mi contra.

663

Nadie dijo que debes ser siempre el mismo: una misma imagen acomodada a un cuerpo inalienable, el pie de un único zapato, un pie o un zapato.

652

Wanda abandona a su familia. Sale de la casa de su hermana rumbo a los tribunales y no llega nunca a volver, le pide antes a un anciano que recoge trozos de carbón un poco de dinero. En los tribunales uno de sus hijos llora, pero Wanda ni siquiera lo mira. Sale rumbo a la calle. Consigue trabajo en una fábrica textil; al cabo de dos días es despedida por demasiado lenta, por improductiva. Sin tener adonde ir, va al cine, se duerme y le roban el poco dinero que tiene. Se queda sin nada, que es otra forma de decir que ya no tiene nada que perder. Conoce, después, a Mr. Dennis, un criminal mediocre, que fantasea con robar un banco.

651

En 1971, en una de las pocas entrevistas concebidas por Loden (“An environment that is overwhelmingly ugly and destructive: an interview with Barbara Loden”), dice al respecto de su personaje: “Según mi opinión, Wanda tiene la razón y todos los que la rodean están equivocados”.