247

El viaje es interrumpido por una falla mecánica. Debemos esperar en medio del desierto a que el próximo bus nos lleve a nuestros respectivos destinos. Es de noche y el cielo es elocuente. Los pasajeros pierden la paciencia de inmediato o bromean con el desinterés de los sobrecargos. Tomamos café o Coca-Cola, imaginamos el paso del tiempo capeando el frío; algunos planifican el día, aprovechan para sacar cuentas, cerrar algún negocio, advertirse de las costumbres de los habitantes de la ciudad próxima. Yo miro hacia arriba y recuerdo: la Cruz del Sur, la Osa mayor, Escorpión y Tauro, el punto rojo de Marte, tendidos sobre el techo de la casa.