246

Nos abrazamos con delicadeza en el momento de la despedida. Yo recuerdo un cuerpo más fornido, lleno de vida. Me sorprende ahora esta inconcordancia, esa delgadez que me obliga a tenerlo más cerca para estrecharlo. Él me abraza también con cuidado, como quien toma un objeto invaluable y teme dejarlo caer.