240

Me contó por qué me odiaba hace tanto, con una memoria admirable para un niño. Según él, alguna vez, yo lo traté mal. Por supuesto yo no recuerdo nada. Me odia todavía y le pido disculpas. De inmediato se aligera, pierde un peso de años. Acepta sin pedir otra cosa y me aligera, de paso, a mí, de un peso que no conocía.