Hacia el año 2011 o 2012, comencé a anotar el presente, sin mayor propósito, sin ninguna rigurosidad o frecuencia preestablecida. He decidido, ahora, exponer esos apuntes que brotan cuando se “deja de escribir”, la escritura que media la distancia entre un libro y otro, bajo la condición de continuar con esta práctica y publicar esas notas durante un tiempo indefinido.

Mostrando entradas de julio, 2025

Soñé con mi hermano que era un bruto. Todo lo hacía por la fuerza y con todo tenía dificultades. Por supuesto mi hermano -persona tan tierna como cualquiera que padece el poder- no es el hermano de mis sueños. Ese soy yo en tanto mi hermano.
El yo es una casa embrujada. El cuerpo está lleno de fantasmas.
El brillo sobre las hojas de los ceibos, en la avenida Ricardo Cumming, se reproduce en altocúmulos al atardecer.
Ante estas correspondencias, al contrario de un rostro que devuelve la mirada, no quitamos la vista.
Allí, bajo la piedra suelta entre los adoquines del sueño
Allí, bajo la piedra
En la oscuridad mediada por huesos blancos
-Destellos de luz calcificada-
Escarbo, me sumerjo, digo sin decir yo o tú:
Con la tierra, nada más.
El irreprimible deseo de conocer el mundo
La urgencia por salir corriendo a la oportunidad más mínima
El goce de oler la tierra removida en las manos del jardinero

Estos son el deseo
La urgencia y el goce que envidio.
Jisei
Suprema
Última y terrible
Alguien alguna vez
Miño, Eduardo
Calificó su muerte
Con espantosa
Precisión
Y belleza.
A veces veo a la mujer mayor paseando a sus perros muy temprano por la mañana o la tarde. No siempre se ve totalmente contenta de dar dichos paseos. A veces está cansada, otras parece molesta o muy preocupada, pero por la mañana y por la tarde camina con sus perros que la guían en esa búsqueda incansable que termina siempre donde comienza, adentro.
De noche, les imagino acostados en la misma cama, rendidos los perros sobre la mujer mayor que los recibe, con los brazos abiertos a la promesa de un nuevo cuerpo, de bosque rodeado.
El punto rojo de la corona de cristo resplandece. De noche, cuando los ojos ven lo que de día parece insignificante. Esto escribí en un sueño, preocupado por no haber encontrado tiempo, espacio o disposición, para leer o escribir durante lo que parece un tiempo infernal (el ir y venir sin pausa o propósito). Este es un miedo que tengo: no poder ver, alucinado, los caminos que parpadean a veces, por ahí, en el paso mal dado, en la deriva, en el botón rojo que despunta en medio de las espinas, a un lado de la ventana, por ejemplo.

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El rey de Lidia echó a la suerte el destino de la mitad de su pueblo frente a una gran carestía. Los lidios son conocidos -eso se dice- por ser el pueblo inventor del juego de los dados. Los primeros dados fueron hechos con huesos de tobillos de oveja u otros mamíferos, pues estos huesos -llamados astrágalos- son similares a un cubo, en el que inscribían figuras o puntos. La suma total de los puntos de un dado de seis caras es 21. La suma de sus caras opuestas siempre es siete: 1+6; 2+5; 3+4. Tanto la decisión del rey de los lidios como la asignación de valor a los signos en las caras del astrágalo son arbitrarias. Esto sabía el rey de Lidia, que "se puso al frente de aquellos a quienes la suerte hiciese quedar en su patria".

09/2025 _ Conoce más