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Al problema de volver a comenzar –ya como futuromanía, ya como condena– corresponde una idea de la vida / de la identidad insatisfecha / fisurada. Solo puedo vivir / decir yo cuando encuentro esa forma brillante / diferente / nueva de comenzar a vivir o escribir: al problema de volver a ser –entre quien no quiere morir y quien no puede hacerlo– corresponde una idea de la vida disciplinada por la práctica de la escritura.
Marty llegó a creer que Barthes consideraba loca a toda persona cuya vida no estuviera disciplinada por la escritura. En otro fragmento escribe: “Su locura era su yo”, la “enfermedad de escribir”.
Nada tiene que ver la manía de la praxis con “estar loco”; en su sentido más simple, ambas locuras se oponen: es loco quien no vive para escribir - la escritura como locura de trabajo impide vivir (desear, amar / ser amado).
La disciplina, sin embargo, no satisface la incógnita de la vida insatisfecha. El problema de volver a comenzar / volver a ser implicaría encontrar una vía de escape a la oposición entre vida y escritura.

Su figura
su poética
es la deriva.