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Tras la exposición de P., nos demoramos en decidir en qué boliche terminaríamos la jornada. Yo, por la espera, porque me sentía enfermo, tuve que despedirme para venir a descansar. Vi en el rostro de P., una desilusión que me alegró. Como con F., fuimos los más grandes amigos, ahora estamos distanciados por las circunstancias de la vida.