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En el balneario, todas las mañanas, grupos de mujeres practican deportes veraniegos. Hoy vi a una mujer más joven que, tras la práctica del día, se preocupó de ayudar a otra mujer que al parecer había perdido el aliento o estaba a punto de desmayarse. La asistió en todo lo que pudo, la ayudó a cambiar su ropa e incorporarse.
Hoy, al despertar, recuerdo esa escena. Descubro que allí hay algo que deseo para mí: la voluntad –o no, algo anterior a la voluntad, la pulsión– de ayudar al otro.