Hacia el año 2009 o 2010, comencé a anotar el presente, sin mayor propósito, sin ninguna rigurosidad o frecuencia preestablecida. He decidido, ahora, exponer esos apuntes que brotan cuando se “deja de escribir”, la escritura que media la distancia entre un libro y otro, bajo la condición de continuar con esta práctica y publicar esas notas durante un tiempo indefinido.
El haiku no es un tanka compactado, aunque, en algún sentido, esas 14 sílabas del tanka ausentes en el haiku, representan el espejo que refleja al poeta. Sin complemento meditativo, si el haiku es un espejo, solo refleja la naturaleza.